domingo, 30 de septiembre de 2012

La "crisis de los pepinos" que enfrentó a España y Alemania

Cuando los españoles oyen la palabra "pepino", muchos no pueden evitar pensar en el polémico enfrentamiento que hubo entre Alemania y España el año pasado a causa de unas declaraciones precipitadas del gobierno germano sobre la calidad de las cosechas de dicho producto en nuestro país.Veamos cómo sucedió toda la historia:

La bacteria contaminante
El 25 de mayo de 2011, la senadora (ministra) de Sanidad de Hamburgo, la socialdemócrata Cornelia Prüfer-Storcks (SPD), explicó que los científicos del Instituo de Higiene de Hamburgo habían encontrado evidencias de contaminación en tres pepinos importados de España (uno de ellos era de los llamados "orgánicos"). Sin embargo, la procedencia de un cuarto ejemplar era todavía desconocida. La cepa peligrosa de Escherichia coli era una de las denominadas Ehec (tóxica para el ser humano) e hizo enfermar en unos 10 días a 600 personas en Alemania, de las cuales alrededor de 140 padecían el peligroso síndrome urémico hemolítico, más conocido por el acrónimo inglés HUS.
Si bien ni la bacteria ni la enfermedad eran  nuevas, la velocidad inusual con la que se extendieron causó una considerable alarma social y, sobre todo, mediática ante las 48 muertes y lo 4000 casos de infección que se fueron registrando sólo en Alemania.

Acusaciones a España
La polémica saltó cuando la ministra de Sanidad alemana declaró que, aunque en un principio se había creído que los pepinos procedían de una cadena de distribución nacional, unos estudios provenientes del Instituto de Higiene de Hamburgo habían demostrado que, en realidad, los alimentos en cuestión habían sido importados de España (en concreto de Málaga y Almería). Sin embargo, aún quedaban muchos detalles por concretar como, por ejemplo, la procedencia desconocida del cuarto pepino contaminado.

Reacción de España
El Ministerio de Sanidad español se apresuró a decir que no había «información concluyente» y que la bacteria podría haber aparecido durante el tratamiento o transporte del producto, por lo que España carecería de culpa.Sin embargo, tampoco se descartó ninguna hipótesis.
El 31 de mayo, la ministra de Salud alemana confirmó que los pepinos españoles estaban fuera de toda sospecha, ya que dos de los tres análisis realizados por el laboratorio habían dado negativo. En uno de ellos sí se había detectado la bacteria pero la variante no coincidía con la encontrada en las heces de los pacientes.

Consecuencias y reivindicaciones
Pero la "crisis del pepino" no acabó con el descubrimiento, finalmente, de que la bacteria procedía de una granja situada en Baja Sajonia (Alemania), sino que prosiguió con las demandas de los países afectados (especialmente España). El sector hortofrutícola de nuestro país perdió
200 millones de euros cada semana por las acusaciones del gobierno alemán hasta que se probó que la bacteria procedía de otro lugar. La gran mayoría de los países europeos impusieron un veto a las hortalizas de nuestro país, por lo que esta crisis acabó afectando también a los tomates, lechugas zanahorias y demás productos. Finalmente y después de que el gobierno español exigiera indemnizaciones para todos los agricultores almerienses y malagueños, la UE aceptó las solicitudes y abonó 71 millones de euros como compensación a todos los problemas derivados de las precipitadas declaraciones y de las medidas tomadas, ya que éstas influyeron de manera muy negativa en las exportaciones alimentarias españolas.


Imagen de una de las muestras infectadas que se analizaron el Instituto de Higiene de Hamburgo.




BIBLIOGRAFÍA

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